lunes, 8 de enero de 2018

LA CAÍDA


PRÓLOGO DE LA OBRA "LA CAÍDA"

Cesáreo, el protagonista de La Caída, siempre fue para mí un personaje metafórico. Él –y con él nosotros– sufre los rigores  de una sociedad burocratizada, insensible e impersonal, en la que el número sustituye al nombre, y el interés económico a la riqueza de las emociones. Carlos Gomariz relata la peripecia de un hombre mayor al que la administración abandona porque ya no es productivo, al que se desahucia porque es insignificante dentro de la sociedad de consumo. Sin embargo, todos tenemos –o tendremos– a un familiar, a un amigo, a un vecino en esas circunstancias. Todos seremos Cesáreo en algún momento de nuestras capitalistas y limitadas vidas. Y todos estaremos solos cuando esto suceda. Es perverso y paradójico que nuestro –sorprendentemente catalogado así– estado de bienestar dé la espalda a una realidad que no quiere ver porque no es agradable, no es estética. Tener un problema y apartar la mirada es una bomba de relojería que hace temblar los cimientos de cualquier estructura. Porque la edad es tiempo, y el tiempo no entiende de administraciones, sociedades, ni estados de bienestar. Cada día que pasa somos más viejos. Así es, y así seguirá siendo. Por eso convendría que reformuláramos algunas de nuestras máximas, que nos hiciéramos las preguntas adecuadas, que no dejáramos que se borraran las huellas de nuestros mayores sólo porque son mayores. Toda nuestra sabiduría descansa en ellos. Abandonarlos es, de una forma directa, abandonar nuestro conocimiento y nuestro aprendizaje. Esto me conduce directamente a la idea con la que abrí el prólogo: Cesáreo es una metáfora. Cesáreo es el mismo teatro: un ser desamparado que pide ayuda a gritos ante la sordera del universo, es la sabiduría colectiva desamparada por los agentes capitalistas, es un elemento que no acaba de encajar en el puzle de las redes de poder. Es doloroso ver a Cesáreo encontrarse con su soledad, y también es doloroso ver la desidia de las administraciones frente a la cultura. Supongo que no es una moneda de cambio valiosa para el tejido político. Sin embargo, la cultura –también el teatro– es en sí lo que nos da identidad, forma parte íntima de nuestra propia idiosincrasia. No podemos abandonar a su suerte a Cesáreo. No podemos ignorar nuestra cultura.

Jorge Muñoz
Jorge Muñoz es actor, director, productor, y creador de espacios sonoros y visuales.



"Sí, sí, sí. Llamé. Pero nadie vino. Hubo alguien, desde la puerta le supliqué, ¿sabes?,  pidiendo que me ayudara, ¿entiendes?, que me levantara del suelo. Pero miró, sonrió y marchó. Sé que es de locos, sé que esto debe ser un maldito sueño hijo…
¡Me ignoran! ¡Podría estar el salón lleno de gente y nadie me levantaría del suelo! Estaría pudriéndome como un pobre animal moribundo. Animal moribundo. Eso es lo que soy, animal moribundo. Hijo. No hay moral, no existe la ética, ¿y valores? ¿Amor? ¿Amor a un viejo?

Escucha hijo, escúchame por favor… Escucha… la gente esconde la mirada, no quiere ver a sus viejos. No quiere sentirse reflejada en nosotros. Tú tampoco."

LA CAÍDA. Dramaturgia emergente.


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